Cuatro poemas de Figuras de la asfixia de Arturo Borra


Winter woods, Erin Clark



La lectura de Figuras de la asfixia de Arturo Borra, constituye una vertiginosa cuenta atrás en diez tiempos: desde el primer poema, Genealogía de las cercas (cercas como origen de todas las asfixias que padecemos) se despliega una cuerda que nos lleva por distintos pasajes de la opresión y el desamparo: Lods, Treblinka, Vladivostok, Irak, la austral Villa Oculta; hasta escenas en las que lo que clausura la respiración es –y ahí reside su carácter más terrible- cotidiano y próximo: un perro envenenado por el impecable vecino, niños columpiándose en una plaza improvisada, escombros en tiempo de paz. 

Los poemas se hacen orografía inestable, soporte precario para tanta intemperie que, paradójicamente, no cesa de arrebatarnos el aire. 

A medida que avanzamos, la palabra poética aprieta nuestra garganta para aflojar (en realidad, no afloja la opresión, pero hay un estallido, un grito) en la sección final, Material utopía, en la que se insinúan resquicios, grietas, para resistir la asfixia. El poema inmediatamente anterior, Sin cielo, nos advierte: “Ni ángel ni redención: promesa desde el derrumbe.” 

No todo es noche cerrada, hay ensayos y revueltas que hacen transitable la oscuridad como última respuesta. Hay penumbra rescatada de los escombros. No una promesa metafísica o absoluta, sino la posibilidad de construir de manera colectiva un mundo en el que respirar sea posible. Hay líneas luminosas, discretas, que se tienden entre las cosas y nuestros ojos y sobre todo, entre nosotros y los otros. Revueltas, asambleas de deseos insurrectos, confabulaciones. Aquí reside cualquier posibilidad de construcción de esa utopía: en ese “libro de los otros: el más necesario e imposible de los libros. Su testimonio interrumpido.” que invoca el poeta en la propia espalda del libro. 

Laura Giordani, Febrero 2013





VOCABLOS EN LA PIRA

Hacharon el tronco del lenguaje:
su madera más urgida.
No hay abecedario que
sane esa corteza lastimada.

Algún árbol sublevado pudo
sobrevivir sin raíces.

La furia del saqueo hizo el resto.



broken rails



LOS VENCIDOS

Abrazar no
la derrota sino
los vencidos/ su
testimonio: una lengua
robada al letargo
desafiará la historia
y habrá desentierro/ genealogías
en las que rebuscar
alguna promesa
murmurando todavía.



Ossip Mandelstam



GULAG DE VLADIVOSTOK

A Ossip Mandelstam, in memorian

por la ranura
campos humeantes
el frío rabioso
que congela las lágrimas

veinticuatro horas no son
veinticuatro
no hay
suma concebible aunque la estepa
del corazón
no derrita
todo este silencio amontonado
en los ojos

(1938)







ACOPIO

Sobre niños sedientos se derraman ríos
blancos. No beben: tienen sus labios
cosidos. Un duraznero se consume
aguardando la sequía augural.

También la fiebre acopia
vanamente
un futuro. Mientras
disparan una promesa falsa
los mandatarios acumulan paraísos
sobre la indefensión de los tejados.

(Argentina, diciembre de 2001)


de Figuras de la asfixia (Germanía, 2012).
Col·lecció Voces del extremo, 4
ISBN: 978-84-15660-09-5 - 112 pàgs.

Enlace al blog de Daniel Conde c c rider, con más poemas, comentarios y tesoros. Un espacio altamente recomendable.







Arturo Borra (Argentina, 1972, residente en Valencia) es licenciado en comunicación social y actualmente realiza un doctorado en estudios interdisciplinarios de la comunicación. Ha participado en las antologías poéticas Aldaba (2003), Cuadernos Caudales de Poesía (2007), Los centros de la calle (2008),Madrid: una ciudad, muchas voces (2010) y Por donde pasa la poesía (2011). También ha publicado el libro de prosa poética Anotaciones en el margen (2008), la plaquette Cielo partido (2009) y los poemarios Umbrales del naufragio (Baile del Sol, 2010) y Figuras de la asfixia (Germanía, 2012). Ha colaborado con diferentes revistas y publicaciones literarias y comunicacionales de Argentina, México, Brasil y España.  Mantiene el blog Poeticas en diaspora


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