Elogio de la palabra
Esta palabra no ha sido pronunciada contra los dioses, esta palabra y la sombra de esta palabra han sido pronunciadas ante el vacío, para una multitud que no existe.
Cuando la muerte acabe, la raíz de esta palabra y la hoja de esta palabra arderán en un bosque que otro fuego consume.
Lo que fue amado como cuerpo, lo escrito en la docilidad del árbol único, será consolación en un paisaje lejano.
Como la inmóvil mirada del pájaro ante la ballesta, así la palabra y la sombra de esa palabra aguardan su permanencia más allá de la revelación de la muerte.
Sólo el aire, únicamente lo que del aire al aire mismo trasmitimos como testamento de lo nombrado, permanecerá de nosotros.
La luz, la materia de esta palabra y el ruido de la sombra de esta palabra.
Juan Carlos Mestre
Yo tenía una libélula en el corazón como otros tienen una patria
de la verdad son cosas difíciles de creer,
extraños seres petrificados en la ternura como benignos nódulos
en la perfección de los huesos. En aquel tiempo
yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Cansadas como paraguas cerrados recogía las maderas auditivas
de un mar inexistente y con ellas construía algo parecido a una casa.
En aquellos días algo parecido a una casa eran las conversaciones,
palabras relacionadas con la pestaña premonitoria, gatos en los cerezos.
Yo desconocía los vínculos y toda oscuridad era para mí un obsequio,
un rumor de la eternidad que se prestaba como cuerpo desnudo a mi
mano.
No era la boca del amor la que respiraba ese óxido, sino la imaginación
del amor como un sastre con pantalones verdes el día de la felicidad.
Verdaderamente las especies de la verdad son cosas difíciles de creer,
la ilusión del hombre es una luz que llega desde lo desconocido
mas no es él el dueño de esa invención sino el ruido de un rumor
prestado,
la cámara del que guarda su placer en ella.
Yo tenía la costura de una libélula en el corazón
pero las hojas cerebrales hacían crecer mis manos hacia dentro
en busca de una palanca con la que desalojar la piedra del miedo.
Sin esfuerzo comencé a llorar al revés, a confundir los sentidos
que guían la gota gramática hacia una lengua extranjera.
Antes que me tomaran por un extraño ya que yo no era el dueño de esa
invención
me alejé del optimismo de ser entendido por más de dos
y comencé a oír mis propias palabras como martillazos retumbando en un
espacio vacío.
Era como si el tiempo hubiera dejado de durar,
era como si todas las obras imaginadas por un ciego se derritiesen al
tacto,
como si la langosta hubiera descendido sobre los campos del espíritu.
Yo solo tenía una libélula en el corazón como otros son hermanos del
vértigo
y llevan la aorta de las constelaciones acogida en sus sienes.
Está bien, las especies de la verdad son cosas difíciles de creer,
es probable que la invisibilidad y estos hechos
solo guarden relación con una libélula.
Grabado de Juan Carlos
Juan Carlos Mestre, poeta y artista visual, nace en l957 en Villafranca del Bierzo (León).
Ha publicado, entre otros, los libros Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo, Premio Adonáis en l985; La poesía ha caído en desgracia (Editorial Visor), Premio Jaime Gil de Biedma 1992, y La tumba de Keats, que editado por Hiperión y escrito durante su estancia en Italia como becario de la Academia de España en Roma, obtuvo el Premio Jaén 1999, año en el que se le concede una Mención de Honor en el Premio Nacional de Grabado de la Calcografía Nacional, semejante distinción que obtiene en la VII Bienal Internacional de Grabado de Orense en el 2002. El pasado año vio la luz su poemario La Casa Roja (Editorial Calambur)
Ha expuesto su obra gráfica y pictórica en numerosas galerías de España, Europa y América.
Página del autor:
http://www.juancarlosmestre.com/
8 comentarios:
Laura, sólo decirte que esta entrada me parece hermosa. Ya sabes que con tu permiso copié parte de la misma, pero pienso que en este caso, lo que queda es una muestra excelente de un poeta que crece en la relectura.
Gracias entonces por dejar estas marcas.
Un abrazo fuerte,
Arturo
Dejad constancia de qué pasó en el encuentro con Mestre. Algún día, con calma, explicaré las reticencias (literarias y extraliterarias) que me alejan de este poeta al que sin embargo reconozco como excepcional.
Abrazos
Laura, no te olvido, ¿podremos vernos unos minutos en valencia? hablaré con V.G. Quiero conocerlos a todos...
Arturo:
gracias por tus palabras y ya sabes que podés tomar prestados los textos y las imágenes que te gusten para tu blog.
Un abrazo grande,
Laura.
Stalker, amigo:
También agradezco tu paso por aquí y tus impresiones.
Un abrazo.
Laura.
Nuria:
Tampoco me olvido te tí. Sería estupendo poder coincidir en este viaje tuyo a Valencir y poder conocernos personalmente. No sé si tienes mis teléfonos, te los paso por email y arreglamos ¿vale?
Un abrazo fuerte.
Laura.
te agrego a mis favoritos, laura, tengo que seguir tu estela.
encantado, mi nombre es s.
Hola s, que nick tan hermoso. Me pasaré a recorrer tu espacio. Nos seguimos.
Un saludo,
Laura.
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