"De poesía y poetas: la otra lengua" - Un ensayo de Arturo Borra

Unos fragmentos del ensayo:
"En una conferencia en Buenos Aires, en 1947, el escritor polaco Witold Gombrowicz comenzaba su conferencia con una afirmación polémica:“A veces me gustaría mandar a todos los escritores del mundo al extranjero, fuera de su propio idioma y fuera de todo ornamento y filigranas verbales, para comprobar qué quedará de ellos entonces”[i].Como condición de partida, este intelectual cáustico no dudó en tensar la cuerda: si una poética sobrevive a la diáspora, puede que entonces algo de ella permanezca."

"Volvamos pues al argumento central: Gombrowicz no escribe contra los malos poetas (que los hay y son legión), ni contra los esnobistas (que también son multitud). Escribe contra una Poesía que no se ha decidido a avanzar en su deicidio, que no se ha hecho libertaria, que defiende, en suma, la Institución en sí (como si no debiera contribuir a hacer imaginables otra vida y otro mundo -podríamos agregar-).

Witold gombrowicz
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Escribe contra una Poesía petrificada que impide el poetizar imprevisible, arriesgado, singular. Pero ¿qué más previsibles que los golpes de efecto de los que se sitúan en el Parnaso? ¿Qué menos arriesgado que la relectura de lo ya-sabido, de lo que suscita un entusiasmo fácil y facilista de cierto público cautivado antes incluso de conocer el poema? ¿Qué menos riesgoso puede haber que el sustraerse del desafío que cada poema auténtico propone, más allá de la consagración de los nombres? Y ¿qué menos singular que la escritura que se somete voluntariamente a tanto "ismo" domesticador, a tradiciones literarias consagradas que en su misma institucionalización pierden o mitigan su potencia crítica?"

..."Literatura, entonces, no como algo exterior a nosotros mismos, sino como una posibilidad de nuestra libertad, de aquello que escapa de lo útil y que, sin embargo, nos dona un horizonte de sentido desde el que sembrar una herida fulgurante, desde el que rescatar un proyecto, aunque se pierda finalmente en el olvido al que estamos sometidos. Quizás algunas tentativas de eternidad se asomen en la mirada, dejando asomar una posibilidad de perdurabilidad, pero eso no niega que el escritor trace sentidos para afrontar la muerte. Si literatura es otro nombre del desgarro o de la herida, también producirá tajos a nuestra comprensión cotidiana del mundo y de nosotros mismos.

Es sobre ese "nosotros" sobre el que hay que debatir. De ahí la responsabilidad de dar lugar, también, a los ausentes -nuestros predecesores y sucesores, que escribieron y seguirán escribiendo también para atemperar el aguijón del deseo, para dejar que nos hiera irremediablemente el sueño de lo bello o la utopía de lo diferente, en busca quizás de sobrevivirnos o de morirnos con una buena muerte, que nos ayude a modelarnos de otras formas, incluso desde la hospitalidad de un "nosotros", figurado en una morada literaria que siempre está por reconstruir (sin desconocer nuestras herencias ni limitarnos a sus huellas)[xxvi].

La aspiración a un protagonismo unilateral, forjado sobre la pretensión de detentar el monopolio del buen sentido estético no es la excepción sino la regla en el campo literario actual: la posición dominante de ciertos sujetos centralizados y la aspiración secreta de tantos otros relegados. Esta constatación conduce a una aseveración más dura: la preeminencia de una práctica literaria en la que la lucha por la legitimidad entre poetas desplaza la preocupación por la creación literaria misma."



Para leer el texto completo:



Blog de Arturo:

6 comentarios:

Arturo Borra dijo...

Gracias Laura por colgar estos fragmentos, que no son más que una invitación a debatir, a problematizar el lugar desde el que hablamos y escribimos, a interrogar nuestro suelo, tan necesario en todo tiempo, más cuando la complacencia termina cercando las posibilidades de un decir auténtico.
Un abrazo agradecido,
Arturo

Arturo Borra dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
FERNANDO LUCIANI dijo...

TE felicito por los escritos varios, Laura. Y por tu música preferida ...
Saludos.
Si querés,pasate por mis ocurrencias volcadas en el blog.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Realmente Arturo me sacude las neuronas y me interpela con la osadía del veraz, con la inteligencia del humilde, con la honestidad del camarada.

Este texto hoy debiera situarnos claramente a un lado ú otro. No se puede escribir para el prestigio y prestigiar a los que no entran en esa lid. Aceptémoslo:

O se escribe poesía de lo real
O se escribe poesía de lo superficial.

O se escribe contra la pobreza
O se escribe contra los pobres.

Querida Laura, ¿qué haremos con las claras que nos plantea Arturo?

Hay que tomar partido por las cosas, que dijera Ponge. Y eso pasa hoy por optar entre lo hedonista o lo libertario compasivo.

Un beset, compa.
Y mi felicitación al amigo, que es para nuestra suerte, un hombre cabal que piensa, delibera, comunica, posibilita.

Viktor

Arturo Borra dijo...

Mi querido amigo, como bien señalás, no tomar partido ya es tomar partido, una toma de posición por aquellos que se favorecen del actual estado de cosas. No ofrecer resistencia, no intervenir, etc., son formas inmejorables de dejar que los otros hagan según sus planes.
Si la neutralidad no sólo es imposible sino además indeseable, entonces, a lo que nos enfrentamos es al campo de la decisión en su sentido radical.
Dicho esto, creo que debemos tomar algunas precauciones, especialmente, para cuidarnos del maniqueísmo que suele operar en una cierta izquierda (que no toda) que divide el campo intelectual y político en dos, de forma dicotómica. (Sé que no es tu caso, pero lanzo esa advertencia para reducir ciertos contrasentidos).
Al fin y al cabo, hay distintos modos de concebir y practicar una poética del compromiso… por lo que no es tan fácil trazar la línea entre “nosotros” y “ellos”. Aún así, es inexorable trazar esa línea. En lo que a mí atañe, confieso que me resulta más complejo de lo que al principio pensaba… Fijate sin ir más lejos que todo el mundo pretende escribir “poesía de lo real” (porque ¿quién aceptaría escribir poesía superficial?), pero lo que ahí se juega es qué significación le damos a ese “real”, qué tipo de experiencias incluye. (Siempre hay algo de temerario en hablar en su nombre).
Lo mismo ocurre con respecto al prestigio. Todos estamos comprometidos –aunque no siempre de forma voluntaria- en esos juegos –presentes en todo campo social-. Lo que en cambio intento decir es que podemos construir otras “reglas de juego” y jugar de otro modo. Que todas busquemos un cierto reconocimiento es algo que no tiene por qué avergonzarnos; otra cosa es usar cualquier medio (concursos corruptos, construir “reenvíos de ascensor” donde todo se convierte en una cuestión de “clanes” a los que pertenecemos, desentendernos de la calidad de las creaciones poéticas para terminar privilegiando al enunciador, etc.).
Y para terminar, fijate que también hay poemas que se manejan en regiones indecidibles: “O se escribe contra la pobreza/ O se escribe contra los pobres”. Hay poemas que no permiten decidir en un sentido u otro; pienso en tantos poemas de amor, p.e., tan legítimos como otros, que ahondan en otras dimensiones de nuestra existencia social Para mí, finalmente, lo que cuenta es el valor de un poema, algo que no se dirime en el campo puramente estético sino también en el político, a partir de un intercambio crítico.
En fin Víktor, me parece que la ética siempre es más que una opción dicotómica. Una ética de la solidaridad, por ejemplo, marca algo distinto a una orientación libertario-compasivo o de una hedonista. Pienso que hay opciones plurales y lo que nos queda –en esa pluralidad radical- es nuestra libertad responsable.
Y puesto que todo ésto es muy complejo, me detengo aquí por ahora. Como siempre, muchas gracias por tu aporte reflexivo
Un abrazo enorme,
Arturo

Laura Giordani dijo...

Fernando: muchas gracias por tus palabras, imagino que te ha gustado la música que incluí en el perfil; es la música que me acompañado mejor en la vida. Celebro que compartas gustos. El tango, particularmente, es algo que disfruto mucho: Goyeneche, Rivero, las letras maravillosas de Horacio Ferrer (son poesía, totalmente)...pronto sacaré una reseña sobre este poeta en el blog.
Pasaré a visitar el tuyo.

Saludos,

Laura.