Naufragio en los bares- Víktor Gómez
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Porque desde su avanzadilla han ido creciendo unos poemitas que dejan entrever "Los barrios invisibles". De Alicante a Pisco, de Cochabamba a Valencia...
Aquí una muestra. Libro IV Disparo y (des)concierto: Los mutilados.
Los barrios crucificados, los asesinos inalcanzables, los poemas heridos, las familias desaparecidas y esos huérfanos que quedan mudos y aislados... nuestro tiempo en agónico desmembrarse pide poemas de amor e ira que no se olviden de los que no cuentan en las urnas, de los que no suman en los bancos, de los que no se ven en los escaparates, de los que no firman en los conciertos. Y son muchos. Es imposible experimentar cómo los 150.000.000 tienen un nombre y un rostro, su tiritar, sus cardenales y llagas, quejidos íntimos y una sequía en la memoria de afectos y bienes inconmensurables.
Que ya sabemos, leyendo a Belen Gopegui, cuando nos recuerda la cita de Sthendal que aparece en La Cartuja de Parma que "la política en una obra literaria es un pistoletazo en medio de un concierto, una cosa grosera y a la que sin embargo, no se puede negar cierta intención".
Pero leyendo los hechos de Enrique Falcón: sus poemas, su quehacer diario, sus compromisos y su persistente darse y rebelarse, una cierta urgencia se alza desde el pecho hacia la frente y se libera por la boca, las manos y los pies hacia esos barrios invisibles. Allí, gente que aprecia la poesía de no ficción y la vida sin simulacro, nos reciben con inusitada generosidad y nos enseñan lo suficiente.
Víktor
los mutilados:
ellos sí saben bailar
en el concierto
de medianoche
¿Qué ciegos
dirán
que lo no visto es inverosímil?
Ni los jardines
ni los músicos
ni éste insuficiente salmo
convencerán.
acabada la fiesta, ¿qué calles
dirán que estuvimos?
¿qué día
por cuántas ventanas
si solo
la lluvia siguió nuestros
pasos?
pasillos o noches:
¿quién sabría
si es inverosímil lo visible
salvo lo desaparecido?
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Para Enrique Falcón, por su viva palabra-puente entre lo real y lo inverosímil, por avivar desde la coherencia ese diálogo entre la utopía y lo realizable. Por su imbatido compromiso con las palabras justicia, compasión, libertad y camino.
Porque desde su avanzadilla han ido creciendo unos poemitas que dejan entrever "Los barrios invisibles". De Alicante a Pisco, de Cochabamba a Valencia...
Aquí una muestra. Libro IV Disparo y (des)concierto: Los mutilados.
Los barrios crucificados, los asesinos inalcanzables, los poemas heridos, las familias desaparecidas y esos huérfanos que quedan mudos y aislados... nuestro tiempo en agónico desmembrarse pide poemas de amor e ira que no se olviden de los que no cuentan en las urnas, de los que no suman en los bancos, de los que no se ven en los escaparates, de los que no firman en los conciertos. Y son muchos. Es imposible experimentar cómo los 150.000.000 tienen un nombre y un rostro, su tiritar, sus cardenales y llagas, quejidos íntimos y una sequía en la memoria de afectos y bienes inconmensurables.
Que ya sabemos, leyendo a Belen Gopegui, cuando nos recuerda la cita de Sthendal que aparece en La Cartuja de Parma que "la política en una obra literaria es un pistoletazo en medio de un concierto, una cosa grosera y a la que sin embargo, no se puede negar cierta intención".
Pero leyendo los hechos de Enrique Falcón: sus poemas, su quehacer diario, sus compromisos y su persistente darse y rebelarse, una cierta urgencia se alza desde el pecho hacia la frente y se libera por la boca, las manos y los pies hacia esos barrios invisibles. Allí, gente que aprecia la poesía de no ficción y la vida sin simulacro, nos reciben con inusitada generosidad y nos enseñan lo suficiente.
Víktor
los mutilados:
ellos sí saben bailar
en el concierto
de medianoche
¿Qué ciegos
dirán
que lo no visto es inverosímil?
Ni los jardines
ni los músicos
ni éste insuficiente salmo
convencerán.
acabada la fiesta, ¿qué calles
dirán que estuvimos?
¿qué día
por cuántas ventanas
si solo
la lluvia siguió nuestros
pasos?
pasillos o noches:
¿quién sabría
si es inverosímil lo visible
salvo lo desaparecido?
Víktor Gómez
"Los barrios invisibles. IV. Disparo y (des)concierto
13 comentarios:
A este poema lo leí hace unos días y con alegría constato una proximidad de esta voz con aquellos que son violentamente marginados de la voz (aunque sigan gritando, a nuestras espaldas).
Como "Ciudades invisibles" de I. Calvino, aquí irrumpe todo aquello que los centros de poder invisibilizan: mutilados, en esa danza sangrante que sufre el escepticismo ciego de tantos otros, demasiado cómodos para cuestionar sus anteojeras.
Lo real inverosímil: sin música ni jardines, sin más fiesta que la de los demás. Y sin consuelo, incluso con el "insuficiente salmo" otra vez reclamando algún refugio para la lluvia triste que cae sobre el rostro de lo desaparecido.
El poema no sólo acierta en una sintaxis mutilada: regresa al desamparo de la interrogación y gana, precisamente, por su sin-respuesta, por meternos en el centro de la herida.
Poesía desde el suelo, querido amigo y valioso por todo lo que sugiere.
Un abrazo,
Arturo
Querida Laura:
Has rescatado un poema que me vino paseando por Valencia, de regreso a casa y tras estar intentando asumir las insurrectas palabras de Quique Falcón. Se cruzó la vida (de otros, que es más mía) con la poética y estalló un conflicto que antes era solo el dolor inatendido e irreconocido de esos otros (que soy) a los que no llego pero que me muestran su hundimiento en los huecos de sangre y huesos triturados, de hediondos cartones vistiendo su borrachera de hambre e intemperie. ¡Qué bárbaros! ¡Qué barbaro soy que puedo seguir mi caminar sin rebelarme, sin denunciar, sin implicarme en ésta creciente guerra contra los miserables!.
Este poema es un poco torpe, por favor, en el penúltimo verso, puede sustituir "visto" por visible. Cómo fue una impronta sobre el teclado, releyéndolo me molesta la rima. Perdona que te dé faena vana.
Gracias por rescatar el poema. Siempre eres muy buena con mis textitos. Tu paciencia me da alientos y ánimos para seguir escribiendo y más.
Un beset
Tu Víktor
No sé decirlo. No sé, querido Arturo. ¿Cómo decir de ellos?. Y sin embargo, sigo en el balbuceo, garabateando y pulsando fuertemente en la oscuridad una pluma entintada de extrañeza y rabia, de distancia y desconsuelo, de impotentencia y torpeza.
Gracias por tus palabras, hermano.
Como traspasas mis grafias es como el pajaro domina el bosque, entre el vuelo y el nido, siendo su cantor.
Tu Viktor
Un abrazo anónimo te llega, Laura, desde Granada y la red. Disfruté el rato que aquí estuve: volveré. Salud!
También a mí me sacudieron estos versos, Arturo. La voz que surge más allá del propio vientre y es capaz de estirarse hasta el dolor ajeno, hecho propio por la fuerza de gravedad del amor.
Un abrazo y gracias por tu hermoso comentario.
Laura.
Una alegría y una expansión de pecho que tu poesía esté en este espacio, Víktor.
Me gusta el rumbo que está tomando tu voz; cada vez más orientada a hacer visible lo invisibilizado de manera no inocente.
No te preocupes, ahora mismo incluyo la corrección que apuntas; estoy de acuerdo en que queda mejor así.
Un abrazo, hermano.
Laura.
Protesto: visto y desaparecido no hacen asonancia, porque la pausa no está puesto en "visto".
"¿quién sabría
si es inverosímil lo visto
salvo lo desaparecido?"
La pregunta se lee de corrido, por lo que no sería problemático. Por otra parte, de "visto" a "visible" cambia el sentido.
A pesar de lo dicho, me quedo con la segunda versión.
Abrazos,
Arturo
Es, Arturo, al leerlo en voz alta que resonaban por estar muy cerca la asonancia. Y si se lee de corrido, lo que quizá mejora el cierre, es amortiguada la paridad fónica.
Es la segunda versión, en cualquier caso matiz sobre lo intuido desde el deseo de máxima precisión. Un esfuerzo inacabado, claro.
Si la segunda versión también a tí te resulta más aproximada a lo que propone ya somos tres.
Gracias, Ojo de Halcon.
Tu Víc
Chic@s, no podré ir a vuestro recital, aunque me muero de ganas: Llegan visitas a casa, hoy viernes, precisamente a las 8.30, y nos toca hacer de guías, hasta el domingo. Juer qué lástima, pero desde aquí y por medio de este blog, vayan mis mejores energías. Un besazo a toos.
Hola Inwit, me alegra tu visita al blog y tu comentario.
Por Quique Falcón os conozco (Sois un colectivo ¿verdad?)y pasaré por vuestro blog a visitaros también.
Un abrazo y gracias!
Laura.
Querido Pedro, no te preocupes ya habrá otras oportunidades para compartir lecturas y también para escucharte. Por cierto, una delicia el ritmo y la cadencia de tus lecturas, algo raro de encontrar por estos lares.
Un abrazo y lo mejor para tí.
Laura.
Espero que estéis recuperados de la "partida" de vuestro minino.
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