Poema de Antonio Gamoneda



La luz hierve debajo de mis párpados.

De un ruiseñor absorto en la ceniza,
de sus negras entrañas musicales,
surge una tempestad.

Desciende el llanto a las antiguas
celdas, advierto látigos vivientes
y la mirada inmóvil de las bestias,
su aguja fría en mi corazón.

Todo es presagio.

La luz es médula de sombra: van a morir los
insectos en las bujías del amanecer.

Así arden en mí los significados.

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