Un niño extraviado en las ruinas del templo. Poemas de "El Reino" de Ana María Hurtado



Dios atraviesa el universo y viene hasta nosotros.
Simone Weil



El Reino (2024, Salto Mortal)




MALJUT

 de dónde viene mi fuerza
-la insistencia de mis flores
sino de tu oscuro seno

 allí donde mis raíces se hunden
 como falanges asustadas
 esperando que nunca sea tarde para germinar





EL NIÑO PERDIDO

 el polvo del desierto era liviano en las sandalias
 sucumbían las hebras del atardecer
 y el niño ya no caminaba entre nosotros

 no había dejado ningún rastro

 las preguntas punzaban en el pecho
 solo callamos ante el espeso silencio de la noche

 éramos –para Él- mortales peregrinos
 veníamos de un diluvio y de una lluvia de fuego 

supimos que  ya no era nuestro
 su Reino  se deslizaba al ras de  las columnas del templo

 estaba en todas partes 
menos en el polvo de nuestras sandalias

 regresamos

 
                      




... Y HALLADO EN EL TEMPLO

 en las ruinas del templo buscamos  al niño perdido
 no lo reconocimos entre los escombros
 atravesamos los pasillos de los primeros atrios 
las galerías infinitas con rastro de sangre en las paredes
 los escribas con sus vestiduras de lino
 algo maltrechas
 se mantenían de pie junto al altar de bronce

 los cambistas daban al César lo que es del César 
y estrujaban entre sus manos
 las monedas del templo
 aún se percibían los vapores del incienso
 y las vísceras podridas del sacrificio

 el velo del templo estaba rasgado
 desde el cielo hasta la tierra
 la cabeza de mármol de Nabucodonosor reposaba en el Sancta Sanctorum
 el pie de un centurión se apoyaba en el candelabro de siete brazos 


el Reino se parece a un niño extraviado en las ruinas del templo

                   




DÁNOSLO HOY

 Todavía no ha llegado mi hora
 Juan 2:3

no tendré más día que este-me dije
el mismo de la infancia
aguardando en umbrales

no habrá otro día 
sino un horizonte sin grietas
y un lenguaje de señas
de signos olvidados

pisé una grama que aún no renace
a la espera de la próxima vara del lirio 
en el jardín

este día se extiende 
desde los latidos del corazón de mi madre 
hasta la última galaxia que muere entre los desperdicios 
cósmicos

 no hay otro día
 para mirar la incertidumbre de los pájaros
 no tengo más día que esta playa
 sumergida en la noche
 y los pies hundidos en la arena
-siempre puntual

no hay más día que este 
él se hace mío
mientras duermo bajo las acacias
-las mismas que ignoran el regreso-
ciegas a la silueta de las barcazas al amanecer

este día me abraza
mientras algo duele






LUCAS 11:20

Yo echo los demonios con el dedo de Dios
 ciertamente el Reino ha llegado a vosotros

 somos legión vagando por lugares secos
 anhelamos reposo
 sin hallarlo


 no estamos inscritos en la misericordia del Reino





Entren por la puerta angosta.
 Mateo 7:13

¡Qué angosta la puerta del alfabeto!- dice el poeta Adonis. Por 
ello el poema, habitante del Reino, ha de despojarse, hacerse 
filo de luz, atravesar las celosías, las diminutas hendijas. 

Ser estela de agua, descalzarse y hundirse en reverencia, flo
recer en las esquinas lodosas de los glifos, dejar caer algunos 
pétalos, develar sin pudor sus zonas erógenas, dejar al aire el 
ombligo y que broten tallos delgados y ágiles hasta abrirse en 
la rosa desnuda que se esconde.

 El poema, como el pan, brota de la boca de Dios.






LAS ACACIAS

 Ella creyó que era el que cuidaba el huerto.
 Juan 20:15
 
el Reino parece un jardinero que espera el florecer de las acacias 
observa cada día cómo crecen las hojas 
erectos los pecíolos
tejen el firmamento de follaje 

el Reino es semejante a la madera de una acacia
que crece en mitad del desierto
perfumando la soledad de los ocasos

el Reino se parece a un jardinero que amanece
sin recuerdos
abandona el sepulcro y corre desnudo hacia la luz
pero no sabe leer los signos de los tiempos

el Reino es como un jardinero sentado bajo la sombra de una 
acacia
allí se duerme
y sueña con un cielo poblado de criaturas marinas
despierta en alborozo
encandilado de pétalos
porque le llovieron flores en los párpados

el Reino se parece a una flor de acacia que ha caído al suelo 
para dejar su primavera en mitad de la calle.




Ana María Hurtado nació en Caracas. Poeta, escritora, ensayista, psiquiatra y psicoterapeuta.

Ha colaborado en diversas páginas, blogs y revistas literarias, de arte y de psicoanálisis donde han sido publicado sus textos y poemas, entre otros: revista interdisciplinaria Trópico absoluto, RANLE (Academia norteamericana de la Lengua), revista Poesía (Universidad de Carabobo), Vallejo and Company, Círculo de poesía, La antorcha magacin, Agulha, revista de cultura brasilera, Poémame, Liberoamérica: portal iberoamericano de arte y literatura, Prodavinci y El papel literario.

Premio de narrativa Julio Garmendia (Dirección de cultura de la UCV, 1984).

Algunos de sus poemas han sido publicados en diversas antologías nacionales e internacionales, entre ellas:

Diario poético de los tiempos adversos (Ccs 2019), Poesía en voz alta (Ccs2019), Una lectura por la vida y por la libertad (Ccs 2019), Pasajeras. Antología del cautiverio (Ccs 2020) El vuelo y la claridad (Ccs 2020) Hacedoras (Ccs 2021) El dulce ron que las embraga, Poetas actuales de Canarias y Venezuela (Canarias, 2022), Mujeres del mundo uníos (Santiago de Chile, 2023)  En la desnudez de la luz (Santiago de Chile, 2023) Poemas en bicicleta -Autores grandes para pequeños lectores- (Ccs, 2024) En compañía de los ríos subterráneos: Ensayos sobre la obra de Ida Gramcko ( Santiago de Chile, 2025), Antología bilingüe Resistir, la luz de la poesía contra el caos del mundo (París, 2025). Conferencias americanas -Autores de los Estados Unidos por escritores venezolanos-( CVA. Ccs, 2025)

Ha participado como invitada a diversos encuentros poéticos, entre ellos:(  Encuentro de poetas argentinas y venezolanas, organizado por la editorial argentina Vuelo de Quimera, en 2022, al  Encuentro Anasyrma (30 iberoamericanas se levantan la falda) 0rganizado por la editorial chilena LP5 Editora, a  las  VII jornadas de poesía de Valladolid, Dos orillas y al Salón de la Poesía de la FIL de Guadalajara, ambos en el 2024.

Autora de los siguientes poemarios publicados:

La fiesta de los náufragos (Editorial Diosa Blanca. Caracas, 2015).

El beso del arcángel, en coautoría con el poeta colombiano Leonardo Torres (Oscar Todtmann Editores. Caracas, 2018).

El árbol que en ella muere (Editorial Diosa Blanca. Caracas, 2023)

La única inocencia (Editorial Diosa Blanca. Caracas, 2023).

El Reino (Editorial Salto Mortal, Guadalajara, 2024)


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