Hoy tengo el gusto de presentarles Impresiones, el nuevo poemario de Mila Villanueva, una obra que nos invita a recorrer, como si se tratase de un museo o una galería, algunas de las obras maestras de la pintura a través de su poesía, donde cada poema es una ventana abierta a la luz, el color y la emoción de grandes obras de arte. Este libro no solo dialoga con pinturas de maestros como Monet, Van Gogh, Goya, Sorolla o Degas, sino que también nos sumerge en el proceso creativo de los artistas, transformando pinceladas en versos y lienzos en emociones.
La
écfrasis, como técnica literaria, tiene una larga tradición que se remonta a la
antigüedad. Su origen lo encontramos en la Ilíada de Homero, con la
descripción del escudo de Aquiles, o en las Imágenes de Filóstrato,
donde las palabras buscaban capturar la esencia de lo visual. A lo largo de la
historia, poetas como John Keats, con su Oda a una urna griega, o Rafael
Alberti, con El Bosco, han utilizado la écfrasis para explorar los
límites entre lo visual y lo verbal. También Anne Sexton, en su poema La
noche estrellada, reinterpreta la obra de Van Gogh con una voz íntima y
desgarrada. O Marianne Moore, quien reflexiona sobre la relación entre poesía y
pintura. Y, por supuesto, la propia Mila Villanueva, que en este poemario no
solo describe, sino que recrea, reinterpreta y nos hace sentir la pintura desde
una perspectiva única.
Impresiones es una propuesta arriesgada por su complejidad. No es
tarea fácil traducir la imagen en palabra, capturar la esencia de una pintura y
transformarla en un universo poético. Sin embargo, Mila Villanueva lo ha
logrado con maestría, y el resultado es un bello lienzo donde las palabras y
las imágenes se entrelazan en un diálogo íntimo y profundo. Las pinturas, ya
acabadas, son reinterpretadas bajo su mirada y cobran un nuevo sentido, como si
renacieran en cada verso. Este poemario no es solo un homenaje a los grandes
maestros, sino también una reinvención de sus obras desde una perspectiva
genuina.
En
Impresiones, Mila ha ido más allá de la aproximación descriptiva de las
obras al transformarlas en experiencias sensoriales. A través de sus versos,
podemos oler el óleo fresco en el estudio de Monet, sentir la textura de los
trazos de Van Gogh o escuchar el silencio que envuelve a la joven de la perla
de Vermeer. Este poemario es un viaje a través del tiempo y el espacio, donde
las pinturas de los grandes maestros del arte universal, como Servat, Gauguin,
Renoir, Murillo, y los contemporáneos pertenecientes a Concilyarte —Antonio
Camaró, Victoria Cano, Ana María Gómez Pavón, Aleksandra Istorik, Abel Dávila,
Henriqueta Hueso y José Lapasió—, cobran nueva vida; como si fuera Pigmalión
devuelve la vida a la pintura a través de la palabra. La poeta es capaz de
suspender el tiempo por un momento, como en el poema dedicado a Monet, donde
nos lleva a Giverny, al momento en que el pintor lucha por capturar la luz
antes de que se desvanezca:
Monet a golpes de pincel
desde su ventana
quiere retener toda la luz
antes de que se deshaga
la magia del instante.
Sin pestañear siquiera
le mirabas y él te decía no me mires así
-te ruborizas-.
Entornas la mirada, incluso cierras los ojos
tímidamente.
En este poema, la poeta nos regala
una imagen que es pura sensibilidad y delicadeza, como en estos otros versos
que capturan la esencia de la pintura de Monet, inspirado en la pintura “Camille
Monet en su lecho de muerte”:
Como la nieve fluyendo desde una montaña
desvaneciéndose en trazos blanquecinos
sobre los almohadones.
Versos que no solo describen, sino
que nos hacen sentir la fugacidad de la belleza que Monet intentaba atrapar en
sus lienzos, y son un ejemplo perfecto de cómo Mila Villanueva reinterpreta las
obras maestras, dándoles un nuevo sentido y profundidad. Pero va más allá: en
su poesía, la mirada del pintor, la pintura y el espectador se funden en un
todo. Mila Villanueva no solo nos muestra lo que el artista veía, sino que nos
hace partícipes de su proceso creativo, como si fuéramos cómplices del mismo.
Así, el poema se convierte en un espacio donde pintor, pintura y espectador
coexisten, creando una experiencia única que trasciende el tiempo y el medio.
Este
poemario también nos invita a reflexionar sobre cómo miramos el arte y cómo el
arte nos mira a nosotros, nos interpela. La poeta nos pregunta: “¿sabrá
Francisco de Goya que ese es uno de sus últimos retratos?”, rompiendo la
distancia que entre el poema y el lector abisma en ocasiones. Estas preguntas
nos llevan a cuestionar nuestra propia mirada, a descubrir nuevas capas de
significado en obras que creíamos conocer.
Además,
Impresiones está impregnado de esa sensibilidad oriental que recorre
toda la obra de Mila Villanueva y de la que es una experta y maestra, así un
jisei, el poema de despedida japonés, cierra este viaje con sutileza y
elegancia:
Dejadme ir
dorada la mañana
abierto el día.
Acercarse
a Impresiones es dejarse llevar por la belleza de la palabra y la
imagen, es sentir el estremecimiento que Stendhal experimentó en Florencia, es
perderse en el puerto de El Havre al atardecer o en las luces de un café
pintado por Van Gogh. Es, en definitiva, concedernos un momento de pausa, de
silencio y de introspección.
Cuando Mila Villanueva me propuso acompañar con el prólogo este poemario, no sabía ella cuánto compartíamos de nuestro gusto por la pintura y de lo coincidente en cuanto a algunas de las obras, que ella ha recreado en este libro. Leer Impresiones fue encontrarnos en ese instante sublime que la pintura y la poesía provocan. Gracias a todos por acompañarnos en este paseo pictórico. Espero que disfruten de Impresiones tanto como lo he hecho.
Patricia Crespo
Vicent Van Gogh
Óleo (1886)
Museo Van Gogh (Amsterdam)
Estilo: Postimpresionismo
Se quedaron ahí taciturnos
sobre un suelo opaco desterrados
abren sus bocas anchas como en súplica
de ser poseídos.
Se han rendido en la entrega
con los lazos abiertos
aguardan
la mano tibia
que enlace
lo que desprendió el azar.
La capa de un betún de misericordia.
Compañeros del éxtasis y la locura
se quedaron huérfanos de cal y fuego
de pasos ebrios
de luz y girasoles
entre cipreses y estrellas,
desde Groot Zundert hasta Auvers-sur-Oise,
Como dos perros fieles
están esperando algún regreso,
algún sentido,
el modo
de salir de la incógnita.
Óleo sobre lienzo (1892)
Museo Albright-Knox, Buffalo.
Estilo: Postimpresionismo
Teha’amana
llegados del bosque o de la laguna
sobrevolando tu lecho de flores
en la oscuridad azul de tu cuarto
buscando atraparte
así, desprovista,
desprevenida.
Tú, aterrada,
das la espalda a esa sombra que se cierne a tus pies.
Das la espalda a la noche,
al viento que entra en tu cabaña,
al más allá
desde donde velan tus ancestros
la sangre primordial,
la luz primera.
Sobre la blanca sábana coronada de rosa,
tu cuerpo de bronce,
tus manos al acecho,
tus ojos fosforescentes.
Desnuda,
poseída tan solo por el pánico,
así te descubre Gauguin
y retrata con lascivia
tu imagen seductora
pero sabe que nunca serás suya.
Mila Villanueva es escritora en gallego y castellano, su obra bebe tanto de la tradición del haiku japonés como de la poesía lírica occidental, explorando la fugacidad del instante y la relación entre la naturaleza y la palabra. Su poemario Onde dá a volta o aire, fue galardonado con el Primer Premio del III Certamen Poético Rosalía de Castro y en su edición bilingüe gallego-castellano, (Lastura Ediciones) con ilustraciones de Cándido Solaz, quedó finalista a los Premios de la Crítica Literaria Valenciana en 2017.
Asimismo, quedó también finalista a dichos premios con otra obra que une poesía y pintura: Despedidas, con ilustraciones del pintor José Lapasió (Olé Libros, 2018) abstracciones de Solaz, expuesta en el Instituto francés de Valencia en 2011. Con Cándido Solaz compartió la exposición "Dinámica de Fluidos". Ha sido traducida al chino, francés, japonés, portugués y valenciano.
Como Presidenta de la Asociación Cultural Concilyarte, ha impulsado innumerables iniciativas para la difusión de la poesía y la intersección entre distintas disciplinas artísticas y codirige el Festival Poes-ència, Valencia, ciudad de la Poesía, junto al poeta y filósofo Pascual Casañ. Ha participado también en otros festivales como El FIP de Granada o el encuentro de poetas en Fisterra, (Mares de palabras). También ha promovido eventos en Pro de la Democracia y la Paz, organizados por la Fundación Antonio Camaró y como defensora de los derechos humanos y la lucha contra la violencia de género. Su poema dedicado a la poeta iraní Mahvash Sabet, encarcelada desde 2008, le fue entregado en prisión a la propia autora, poema que también recitó en la mezquita Méndez Núñez de Valencia ante diversas personalidades de diferentes culturas y religiones.
Su poema dedicado a Mahsa Amini fue publicado en la revista Disidentes, así como su poema "Mulleres do mar" en la revista Álora la bien cercada. Algunos poemas suyos también figuran en las Revistas 21 Versos y Barcarola.
En el año 2016 coordinó junto a Ana Noguera y Elena Torres la antología Teresa para siempre, celebración del V centenario de la muerte de la autora, presentada en la Iglesia de San Juan de la Cruz.
Después de la pandemia, coordinó junto a Elena Torres la antología Ventanas de Confinamiento, con ilustraciones de diferentes artistas, obra que fue presentada en el patio del Colegio de Arquitectos con una exposición de las obras representadas en la misma.
Como buena gallega y defensora de la naturaleza, su poemario Compostela, con fotografías de Gustau Pérez y Yolanda López, nos ofrece una bella visión sobre el Camino de Santiago, también ha antologado junto con otros autores El Camino de las Estrellas que reúnes las voces de diversos escritores peregrinos en tres lenguas: valenciano, gallego y castellano.
Otros pintores que han ilustrado sus libros son: Enriqueta Hueso (El viento sobre el lago) Nuska Beta, (Koukan Nikki) Abel Dávila y Victoria Cano, (Diversas antologías) o el fotógrafo portugués Antonio Xulio Lemos (La luz de agosto). Como prologuista ha obtenido el premio "Marina Izquierdo" al mejor prólogo de la Plataforma de Escritoras del Arco Mediterráneo en 2023, al libro Biografía de Olas de la poeta Isabel Alamar.
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