Lección de vuelo- Parkeharrison
Bachelard distingue dos tipos de temporalidades. Por un lado, existe un tiempo vertical, un tiempo detenido, donde se muestra lo que permanece. Éste se descubre en el poema. Es el tiempo propio de la poesía cuyo fin último es la verticalidad: profundidad o altura. Es donde
el instante poético adquiere un nivel metafísico.
Por otro lado, está el tiempo común y corriente. Un tiempo que fluye horizontalmente como “el agua del río” y como “el viento que pasa”. Tal es el tiempo de la prosodia. Un tiempo que pertenece a un espacio técnico, gramatical, que organiza sonoridades de forma sucesiva.
Se refiere a un razonamiento de tipo explicativo, a lo que hace la prosa amor, la historia de una sociedad o una cultura. Es el tiempo de “la vida que corre, lineal y continua”.
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Laura Giordani- Tinta y Collage--
Por el contrario, el instante poético es complejo en tanto que reúne a los contrarios. Es sorprendente y familiar a la vez, porque se constituye a partir de una relación armónica de los opuestos.
Bachelard precisa aún más algunas características de lo que para él es el tiempo poético como tiempo vertical.
Introduce un nuevo concepto: la idea de que existe un “orden interno” dentro de las simultaneidades. Estas se dan de una manera “ordenada”. Afirma que “el tiempo es un orden y no otra cosa. Y todo orden es un tiempo”
El tiempo vertical, a diferencia del tiempo horizontal que como vimos pertenece al devenir de la vida y del mundo, para que pueda caracterizarse como tal, debe responder a tres órdenes de experiencias sucesivas:
Primero, hay que acostumbrarse a no referir el tiempo propio, individual, al tiempo de los otros, de los demás. Es un tiempo personal independiente de “los marcos sociales”.
Concluye Bachelard: “Toda la horizontalidad llana se borra de pronto. El tiempo no corre. Brota”.
Segundo, hay que acostumbrarse a no referir el tiempo propio, personal, al tiempo del mundo exterior, al tiempo de las cosas, de los objetos o de los acontecimientos. Es un tiempo alejado de “los marcos fenoménicos”.
Tercero, y quizás lo más difícil, hay que acostumbrarse a no referir el tiempo propio, interno, al tiempo de la vida. Es un tiempo que no se rige por “los marcos vitales de la duración”.
Entonces, y sólo entonces, podremos hablar de un tiempo puro, libre de toda referencia. Un tiempo centrado en sí mismo e independiente
Extractado de: "Bachelard:la poesía como intuición del instante"
por Adriana Yáñez Vilalta
Parkeharrison
Tres poemas de Poesía Vertical de Roberto Juarroz
23 – IX
No hay tiempo.
Ya no hay tiempo.
Pero, ¿alguna vez hubo tiempo?
La ilusión de la vida por delante,
se conjuga con el verbo
de la vida por detrás.
Y todo transcurrir no es más que un punto,
quizá un punto extensible
o el revés de ese punto,
porque el tiempo es puntual.
Un punto que a veces se desliza levemente,
como una gota de asombro de la luz
o un inesperado corpúsculo de sombra,
tan sólo para justificar algo parecido a un nivel
en el barómetro casi fijo
que mide la presión imposible de la vida.
O tal vez simplemente
la presión diagonal de lo imposible.
17 - III
Detener la palabra
un segundo antes del labio,
un segundo antes de la voracidad compartida,
un segundo antes del corazón del otro,
para que haya por lo menos un pájaro
que pueda prescindir de todo nido.
El destino es de aire.
Las brújulas señalan uno solo de sus hilos,
pero la ausencia necesita otros
para que las cosas sean
su destino de aire.
La palabra es el único pájaro
que puede ser igual a su ausencia.
Poesía vertical VI - 3
Hay mensajes cuyo destino es la pérdida,
palabras anteriores o posteriores a su destinatario,
imágenes que saltan del otro lado de la visión,
signos que apuntan más arriba o más abajo de su blanco,
señales sin código,
mensajes envueltos por otros mensajes,
gestos que chocan contra la pared,
un perfume que retrocede sin volver a encontrar su origen,
una música que se vuelca sobre sí misma
como un caracol definitivamente abandonado.
Pero toda pérdida es el pretexto de un hallazgo.
Los mensajes perdidos
inventan siempre a quien debe encontrarlos.
Para escuchar este poema:
Poema en audio: Hay mensajes cuyo destino es... (Poesía vertical VI - 3) de Roberto Juarroz por Héctor Rosales
Roberto Juarroz
Gastón Bachelard
31 comentarios:
Conjugas aquí, Laura, a Bachelard en Juarroz y viceversa. La Poesía Vertical de Juarroz se identifica con su apelativo, vertical, hacia arriba o hacia abajo, pero siempre ahí, puntual, diciendo lo antes y el camino, poesía que se acerca al tiempo puro, sin duda.
Juarroz es de esos poetas que uno puede abrir en cualquier página y encuentra algo importante que decirnos, nos abre la ventana de otro tiempo.
Me parece muy hermoso tu collage (confieso que el collage siempre me ha atraído) y bueno, me ha recordado mucho ese bello poema tuyo del abrigo.
Un saludo amistoso
triple estocada.
Por un lado las fotografías de los Parkeharris, como arrancadas de un sueño vertical, profundamente abismado. Tiempo detenido en sus pliegues.
Después las palabras de Bachelard sobre el tiempo, creo coincidir en líneas generales con su apreciación del tiempo vertical y el tiempo horzontal. Yo opino que el tiempo poético ocupa un no espacio, una no dimensión que brota negra como antimateria en los ejes de accisas. Imagino que me refiero a esos pliegues que mencionaba en las fotos de Parkeharris, el mecanismo de la poesía es ese. Es ese misterio.
Y Juarroz, bueno, siempre digo que hace de la sencillez virtud, de la claridad potencia. Me encanta.
Creo que este mensaje spam-light de Brétema ya fue colgado aquí en algunas entradas anteriores. No me molesta que abran puertas de interés hacia su grupo, pero me gustaría que no reproduzcan los métodos autistas de este sistema: desinterés total por el espacio que aloja sus reclamos y se mostrasen más receptivos. Y ese texto de invitación es siempre el mismo... en fin, suerte con sus actividades.
Un saludo,
Laura.
Querido Leonardo:
Gracias por tu presencia y tu paciencia para esperar mis respuestas. Respuestas que llegan a auténtico paso de tortuga. Encontré esas confluencias intensas entre algunos planteos péticos de Bachelard y la poesía de Juarroz. Especialmente, hay un tratado de Bachelard que se llama "El aire y los sueños" en el que apela insistentemente a la dimensión vertical y aérea del tiempo poético.
Gracias por tu comentario, Leonardo.
Te dejo un cálido abrazo.
Animate con el collage si te gusta, da mucho juego.
Hola Raúl:
Me alegra que sientas también esa conexión subjetiva entre el trabajo de los Parkerrison (me interesa mucho su planteo estético), el de Bachelard y la poesía desnuda, sin panoplias, de Juarroz. Este poeta tiene una sencillez que me desarma y que invita a caminar más ligero, con menos lastre y gravedad. No es fácil ser sencillo y claro y a la vez de una profundidad que crece en cada relectura.
Gracias por contar con tu mirada.
Un abrazo,
Laura.
He visto en tu blog una entrada con poesía de Curieses... este pasado fin de semana estuve hojeando su libro y tiene muy buena pinta.
No importa la lentitud, importa llegar, querida Laura y cada vez llegas a lo profundo, con tus poemas, con poemas de otros, con las ilustraciones y la trama que urdes entre todo ello.
"Desconocer el tiempo" dice Juarroz en su último volumen, la lentitud es una manera de hacerlo. O el poema, esa "metafísica del instante" para Bachelard.
Comparto las palabras (siempre precisas y sabias) de Raúl Quinto. En Juarroz aprecio el que, pese a la tensión, digamos metafísica, de su poesía, nunca dejó de estar del lado de la poesía, del lado del misterio más que de la explicación.
Bueno, que te llegue lento un abrazo.
Querida Laura, extraño enlace de nombres que, sin embargo, en más de un sentido se llaman mutuamente: la verticalidad de Juarroz también convoca ese elemento etéreo al que Bachelard le dedicó un libro entero. "La intución del instante" por cierto también es un excelente estudio del tiempo-duración y el tiempo-instante, tiempo por antonomasia del poema.
Aunque hay un dualismo en Bacherlard entre ciencia y arte (entre diurnidad y nocturnidad), sus trabajos seguirán aportándonos a la comprensión, que al menos a mí me exige una integración entre esos registros de conocimiento.
En fin, de Bachelard también habría que destacar una minuciosidad que por momentos se hace esclarecedora; de Juarroz su interrogación poética, su gota de asombro, "la presión diagonal de lo imposible", su vuelo des-habitado, sin nido. En definitiva, la intemperie que pedimos a la poesía. Sólo ahí puede percibirse la pérdida que precede nuevos hallazgos. No habría tal sin un vacío que no es terminal sino preambular.
Los mensajes perdidos
inventan siempre a quien debe encontrarlos.
No sé si éste es uno de esos mensajes perdidos, pero a mí al menos me ha encontrado.
Un beso,
Arturo
el libro de Curieses merece unos minutos, pararse y leerlo.
Desconocer el tiempo... eso es. Quizás el cultivo de la lentitud en este sistema de propuestas vertiginosas, zapping desenfrenado y poca inmersión, sea un poco revolucionario. Fuera del tiempo de la productividad, la usura y la lucha "por estar" al estilo de los media.
Aprecio mucho tus comentario, Leonardo.
Un abrazo,
Laura.
Sin ninguna duda, querida Laura, sin ninguna duda.
Un abrazo
Querido Arturo:
Tiempo poético como tiempo vertical en el sentido de salto o inmersión, a diferencia del tiempo de la prosa que se despliega horizontalmente. Es como si la poesía contuviese más espacio que tiempo o -al menos, contiene tiempo condensado en ese instante que, al modo del relámpago, no puede tener duración, pero cuyo resplandor ya ha cambiado nuestra percepción: la oscuridad no vuelve a ser la misma luego de esos refusilos blancos. Esa sacudida o conmoción es instantánea. La Intuición del instante es un libro excelente. Bachelard se aproxima al mundo de la imaginación y el ensueño con un enfoque que rebasa lo psicológico y lo científico para dar lugar a lo ancestral e incluso mítico.
La poesía de Juarroz tiene la levedad necesaria para que la intemperie ingrese y grietas bien colocadas para que ingresemos.Un discurso no atrincherado, expuesto.
Por supuesto que éste no es un mensaje perdido, aquí encuentra alojo y se queda.
Otro beso,
Laura.
Eso espero hacer en breve, Raúl: conseguiré el libro para leer con detenimiento.
Gracias por la sugerencia.
Un abrazo,
Laura.
laura,gracias por esta lectura,tuya,nuestra,anoche,aquí en las llanuras del sur estuvimos leyendo a juarroz -que siempre te despierta-y,para mí,es hora de releer a bachelard...
como sabía blake,el tiempo sigue siendo una dádiva de la eternidad (pero sigue-siendo),el tiempo de la desesperación,el de los muertos y ese instante en donde somos, no el sitio de las apariciones,sino su espejo...abrazos,venturas,gratitudes
Deliciosa composición, justa combinación de "gajes y fogajes", de belleza y verdad para ser arte en su más pura expresión. Te admiro mucho Laura y tu mirada siempre enciende la nuestra. Un fuerte abrazo inspiradora amiga.
Eli.
Alejandro: qué buena debe haber estado la lectura de Juarroz en esas llanuras australes que conozco tan bien y que desde aquí se extrañan tanto: esa apertura total al cielo, sin distracciones para la mirada. Crecí en un lugar así: Bell Ville, en plena pampa húmeda. Su río, sus barrancas.
Bachelard vale la pena, te lo aseguro.
Te dejo un abrazo,
Laura.
Gracias por tus palabras... las agradezco aunque son inmerecidas, Eli. Nos vamos inspirando en la interacción.
Un cálido abrazo,
Laura.
Cada uno tiene su pedazo de tiempo...
Cada uno tiene
su pedazo de tiempo
y su pedazo de espacio,
su fragmento de vida
y su fragmento de muerte.
Pero a veces los pedazos se cambian
y alguien vive con la vida de otro
o alguien muere con la muerte de otro.
Casi nadie está hecho
tan sólo con lo propio.
Pero hay muchos que son
nada más que un error:
están hechos con los trozos
totalmente cambiados.
R. Juarroz
Cariños de Gladys.
Feliz día del Libro, entre renglones cargados de palabras que vibran con la fuerza que emanan.
Besos desde Caudal Asturias
Simplemente, poemas impresionantes, La figura esa que me permite ver la palabra detenida "un segundo antes del labio", es conmovedora.
También, su enseñanza de Bachelar, a quien tanto me cuesta entender.
Un abrazo.
Hola Laura.
Muy bella entrada, los poemas me parecen de lo mejor como siempre.
Tu blog siempre es muy interesante.
Aunque no estoy participando casi, te mando un gran abrazo y disculpa el silencio.
Un abrazo grande.
n
Holla, saludos de el Brasil por tu blog. Me encanta tu página. Gracias.
Querida Gladys:
hermoso poema de Juarroz que compartís, gracias por dejarte caer por estos rincones.
Espero que estén muy bien y escribirte algunas líneas pronto.
Cariños,
Laura.
Feliz día del libro (un poquito tarde ;-) para ti también, Esmeralda.
Un abrazo fuerte,
Laura.
Pulgarcito, ya vas a ver que no es tan difícil entender a Bachelard... te recomiendo la lectura de La poética del espacio, a mi me aportó mucho.
La imagen de la palabra detenida que subrayas, es conmovedora realmente.
Un abrazo y gracias por tu comentario.
Laura.
Querida Lola:
Nada que disculpar, de verdad. Te entiendo perfectamente y no leo siempre los "silencios" como algo negativo. Todos necesitamos desaparecer de vez en cuando...últimamente yo tampoco me prodigo mucho por otros blogs en cuanto a dejar comentarios, aunque leo algunas entradas y disfruto los comentarios de los demás.
Espero que estés bien y nos veamos en alguna ocasión próxima.
Un abrazo grande, Lola. Cuidate.
Laura.
Bienvenido, Leandro y gracias por tu huella.
Un saludo afectuoso,
Laura.
Hola. Te invito a mi espacio "Poemas sonoros" deseando que te animes a participar, o al menos a degustarlo. Y déjame tu rastro, que yo te seguiré. Gracias por tu tiempo. Nos vemos.
http://poemas-sonoros.blogspot.com/
Gracias, Sandra... me pasaré por tu espacio.
Bienvenida por aquí.
Laura.
El libro "Poesía y Realidad" de Juarroz es muy recomendable para entender su universo poético. Es un gran libro donde expone su particular poética.
Un saludo.
Gracias en verdad por esta peculiar manera de escribir que trasciende ahora, viendo un tiempo vertical y otro horiznontal si es que se puede.
Invito a pasar por mi blog donde escribo desde hace tiempo,
www.jergaalmendrada.blogspot.com
Saludos y gracias!
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