«Genealogía de las cercas», de Genealogía de las cercas (1999), Arturo Borra




No será por vocación de distancia
si la inquietud cava subterráneos
y las vallas no detienen el pulso,
si obstino la lengua hasta que el silencio
no calle la cuerda del vocablo vencido.



Será por las cercas que confinan el tránsito,
por el grito que estalla sin garganta,
la estocada a otro sitio más lejos, siempre
más lejos, donde la incongruencia
no sea consuelo ni ruina.



Será por la sombra que salpica los esplendores,
herencia saqueada
en los perímetros del viento.

2 comentarios:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Horadando, con las uñas.
Orando, con las uñas.
Ando, con las uñas.
O con las uñas
o sigo encerrado en la miseria.

Tarde supe porque
los poetas no tienen
manos
sino uñas,
no tienen ojos,
sino uñas,
no tienen palabras
sino uñas
que escarban bajo las vallas
para que otros pasen
al otro lado de la miseria.


Un abrazote,

Víktor

Arturo Borra dijo...

Respuesta

A Víctor


Agradecer
ante la mano que urde
la materia de lo invisible,
en la oración que horada,
en la singladura
que rasga esta
vestidura de la piel rutilante.

No habrá demora
cuando la pasión nos encuentra
alguna vez: sólo la memoria
de unas huellas rescata
este pasaje efímero
que usa sus uñas
para hallar algo más que
aspereza.

Gracias amigo,
Arturo Borra