3 Poemas de Hugo Mujica




1 bosque talado


grita,


pero no sabe que grita


como el ángel de mármol



sobre la tumba de un niño.






2 pedrada de pájaro


en vuelo





como quien roba a quien lo hospeda,


o como estar en la vida


como un muerto desnudo:


cubierto de tierra








3 me vestí para el banquete


y me dieron a mondar mis huesos




me desnudé para


las bodas


y me revistieron de escarchas


¿de qué avaricia soy el precio?





HUGO MUJICA nació en Buenos Aires en 1942. Estudió Bellas Artes, Filosofía, Antropología Filosófica y Teología. Esta gama de estudios se refleja en la variación de su obra que abarca tanto la filosofía, como la antropología, la narrativa como la mística y sobre todo la poesía.
Entre sus principales libros de ensayos se cuentan "Kyrie Eleison" (1991), "Kénosis" (1992), "La palabra inicial" (1995), "Flecha en la niebla" (1997) y "Poéticas del vacío" (2002). "Solemne y mesurado" (1990) es hasta ahora su único libro de cuentos.
Su obra, iniciada en 1983 , ha sido editada en Argentina, España, Italia y Francia. Su vida y sus viajes ha sido el material principal de su obra, hitos como el haber vivido y participado de la década de los 60 en el Greenwich Village de Nueva York, como artista plástico, o el haber callado durante siete años en el silencio de la vida monástica de la Orden Trapense, donde comenzó a escribir, son
algunos de los mojones de su historia.

Esta reseña bibliográfica está extraída de la página de Hugo Mujica



http://www.hugomujica.com.ar/





Poesía:


Brasa blanca (1983)


Sonata de violoncello y lilas (1984)
Reponsoriales (1986)

Escrito en un reflejo (1987)

Paraíso vacío (1992)

Para albergar una ausencia (1995)

Noche abierta (1999)

Sed adentro (2001)




Cuento:


Solemne y mesurado (1990)




Ensayo:


Camino del Nombre (1985) Origen y Destino (1987) Camino de la palabra (1989) Kyrie Eleison (1991) Kenosis (1992) La palabra inicial (1995) Flecha en la niebla (1997)

1 comentario:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Laura:

Este ha sido un poeta de mesita de noche. Durante años. Le leí con admiración tan primitiva como inevitable. Desde la sed, desde el desierto de la sed, desde la noche abierta. Hay que estar abierto a lo invisible, al silencio, a la sustancia irreducible del misterio que nos revela como signos de lo finito multiplicado infinitamente.

Un placer reencontrarme con el Poeta en tu lar.

Cuidate buena,

Tu Viktor