Tres poemas de Clarisse Nicoïdski [El color del tiempo]

Clarisse Nicoïdski, diáfana como un fuego. 
Juan Gelman 



escrita
línea de la primera escritura
palabra de una lengua perdida
intento escucharte
cuando duermen los ojos la cara la frente
cuando
no eres nada más que un barco al final de su viaje
nada más que una escritura muda




abrió la puerta
con sus manos
encendió
un fuego de espanto
tomó el pan
con sus manos
comió
una comida de espanto
tomó el agua
en sus manos
bebió
un agua de espanto
y cuando abrió las manos
leyó en ellas
una mancha de espanto



la pared me está mirando
la luz
me está mirando
también la lámpara la silla la mesa
con el ojo único
de las cosas
el ojo
caminando
alrededor de ti
de mí



El color del tiempo (Poesía sexto piso)
Edición bilingüe (sefardí/español) 
en traducción al castellano de Ernesto Kavi





Clarisse Nicoïdski nació en Lyon en 1938 y murió en París en 1996. La crítica la considera unánimemente como la poeta de lengua sefardí más importante del siglo xx. Su obra marcó decisivamente a varios poetas hispanoamericanos, en especial a Juan Gelman, y al español José Ángel Valente. Sus poemas han sido publicados en diversas antologías de Francia y España. Fue, además, una importante crítica de arte y una reconocida novelista. Por su primera novela, Le désespoir tout blanc, recibió el Premio de la Academia Francesa en 1968, y por su libro autobiográfico sobre los años de la Ocupación, Couvre-feux, recibió el Premio de las Lectoras de la revista Elle. Sus libros han sido traducidos al español, inglés y alemán.

Escribe Ernesto Kavi, responsable de la versión al castellano, “la poesía es una forma de restaurar el tiempo”. Este libro alza una arquitectura idiomática que tras su poda del árbol histórico del castellano siguió una evolución con latidos y esquemas de armonía confiados a la memoria; por tanto, se gesta así otro español, un idioma que dibuja el color del tiempo. Clarisse Nicoïdski, en el breve liminar, anota su razón escritural, a partir del periplo biográfico familiar; su poesía es el preciado testimonio de una lengua secreta.

Para leer artículo completo:
http://puentesdepapel56.blogspot.com.es/2015/01/clarisse-nicolaidski-voces-de-sefarad.html



1 comentario:

Anacanta dijo...

La poesía, el ritmo, es eso. El esfuerzo de la palabra por encontrar un lugar en el tiempo.

Un saludo