Aguas
corrompidasen las que un pájaro bebe.
También
corrompido
he vivido.
Ando y nado.
Siempre pesé menos
en el agua.
Entre en el agua
a por el pájaro muerto.
Miguel Ángel Curiel (1968) nació en Alemania, país al que emigraron sus padres, originarios de Jaraiz de la Vera (Cáceres),
Es gran conocedor de las obras de Celan, Valente, Walser, Kafka, Holan, Ajmatova, entre otros autores poco leídos en España y que configuran de alguna manera íntima un diálogo y compañía que luego se rebelan en su propia escritura, con cierta autonomía y singularidad.
Esto y su vida retirada de las grandes urbes y los clanes literarios y mediáticos han conferido a su obra la voz distinta y luminosa de un lugar propio y destacado en la vasta y discordante actualidad de poéticas en España.
Ha ganado varios premios literarios, entre ellos el Internacional de Poesía San Juan de la Cruz, el premio Tomás Salvador, el Mariano Zurita Ciudad de Palencia dos veces, los premios La Fragua y Pastora Marcela; ha sido asimismo accésit del premio Adonais (2001), Premio Esquío 2006 por Un libro difícil, Ciudad de Móstoles por Piedras, Ciudad de Toledo por Travesía, Ciudad de Mérida por Diario de la luz y Eladio Cabañero.
En el año 2010 obtuvo una Beca de la Academia Española en Roma. De su estancia allí y su retorno a Lugo surgieron varios libros, Los sumergidos, Luminarias y parte de Hacer hielo por el que ganó en 2012 el XXIII Premio Nacional de Poesía José Hierro.
De niño subía arena a casa. / Esa arena, esa niñez / son ya lo mismo”
Precisamente el poema de donde tomo estos versos, “Lumbre en la arena”, es el que a mi parecer se relaciona más con el título del libro que el que le da nombre (p. 35): “En verano bajaban de las montañas / hombres cargados de nieve / y la vendían”. Un poema profundamente temporal que contrasta con la intemporalidad que nos quiere transmitir el título con ese infinitivo colgado de la permanencia: Hacer hielo.
Así completamos el ciclo del sentido que no puede existir más que en preguntas: lo elemental, el hielo, ¿hay que fabricarlo, como el poema fabrica el mundo con sus palabras?, ¿o simplemente hay que transportarlo desde la montaña para ofrecerlo al resto de los hombres? Si el poema “hace hielo”, esto es fija, en la forma sólida de letras sobre un papel, la naturaleza fluida y errabunda del agua, que no se deja atrapar, ¿está traicionando al agua y el resultado es un trozo muerto y frío de materia, aunque puro en su apariencia?
"La poesia de Miguel Ángel Curiel en el ciclo del agua: Hacer hielo" por Miguel Ángel Luján.
http://www.tendencias21.net/La-poesia-de-Miguel-Angel-Curiel-en-el-ciclo-del-agua-Hacer-hielo_a24142.html
"Un huerto rodeado de bosques de robles, una roza, un huerto casi urbano: en él se aprende de la lentitud. Uno se vuelve más lento, mas vegetal y menos animal. De esta forma la poesía lo agradece. Vivo en el Finisterre, en el Noroeste en una pequeña ciudad de provincias llamada Lugo. En estos espacios uno siente el verdadero exilio, el alejamiento, la verdadera periferia física. Se trata de un mundo difícil pero muy agradecido a los sentidos. Este autoexilio es fértil, pues uno siempre está en continuo diálogo con el mundo del silencio"
http://www.tendencias21.net/Miguel-Angel-Curiel-El-lenguaje-ha-llegado-a-muy-altas-cotas-de-corrupcion_a15883.html
3 comentarios:
Deliciosa entrada y merecido homenaje, felicitaciones a Miguel Ángel Curiel.
Un cordial saludo
Muchas gracias Inés, bienvenida a este espacio. Un cálido saludo.
Gracias a Ud por este magnífico blog, nos invita a disfrutar y zambullirnos en la poesía y la cultura del más alto nivel.
Con gusto la invito a visitar el blog de mi padre, el poeta Juan González.
http://signodisociado.blogspot.com
Un saludo agradecido
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