DICIEMBRE, estado de excepción, 2010
La tradición de los oprimidos nos enseña que
“el estado de excepción” en el que vivimos es regla. Debemos buscar un concepto
de historia que se corresponda con dicho estado. Será nuestra tarea, entonces,
promover el verdadero estado de excepción y, a través de ello, posicionarnos
mejor en la lucha contra el fascismo.
Sobre el concepto de historia, Walter
Benjamin
Winter woods
lo degradado mezcla
origen memoria deseo los sostiene –un instante
sin cuerpo
llego a ti
transparente y sucio
con qué sílabas innecesarias
pero veraces
Winter tree and cabin vector
lobos heridos toman
un espacio blanco
huesos pulidos al cierzo
en la desnudez y la nieve
saqueada la aldea
quemados los graneros
sin supervivientes
los ramajes crujen rasgan
A frozen bird
semanas de cielos negros y ventiscas
la nieve desbordada hunde
las casas los puentes el molino así
desde lo oscuro habla la tempestad
lo fantasmal
en este descampado
ofrece
esa nada que por ellos
nos urge a preguntar
citados los torcidos aquí
el lenguaje quizá no pueda
propiciar el encuentro
del huésped que no desespera
Nido congelado
los anillos oxidados
el alamar el hilo y
tú
¿hubo qué rotura
que no dejó pretexto al poema?
tamborilean
traspasan los redobles
el bosque efímero
es el tiempo del fugitivo
De la portada de "Atmosphere" de Joy Division
…al llegar queman
la cabaña del tuberculoso
y su cuadrilla
paginando la historia oficial
zurdos que no saben
atarse los cordones
miran por la ventana
un cielo que desaparece
Serie DICIEMBRE de Tres,
Extraversión libro inédito
[Diciembre (dic.2010), Ritorno a Roma (feb.2011), Silencio (abr.2011)]
Además de los poemas de Víktor Gómez, Diciembre está acompañado por grabados de Miguel Ángel Curiel y Esperanza Vives (a ella le debemos el diseño de la preciosa plaquette) Se trata de una edición limitada, de sólo 33 ejemplares.
Víktor Gómez. Madrid 1967. Reside en Valencia. Ha publicado Los Barrios Invisibles (Biblioteca virtual MLRS), En tiempos de gran orfandad (Ed.Zahorí, 2009), Incompleto (Ed. 4 de agosto, 2010),Huérfanos aún (Ed. Baile del Sol) y Detrás de la casa en ruinas (Ed. Amargord, 2010). Participa en los libros colectivos Pazlestina (Ed. El viejo topo) y El río de los amigos. Escritura y diálogos en torno a Antonio Gamoneda (Ed. Calambur). Colaboraciones en las revistas Lunas Rojas, The children’s Book of American Birds, La Hamaca de Lona, Adios, MLRS, En sentido figurado y La salamandra ebria. Agitador cultural y co-fundador de la Asociación Poética Caudal. Colabora con la Fundación Inquietudes en la sección de publicaciones y es voluntario en la ONG El Casal de la Pau.
10 comentarios:
Laura, qué belleza de entrada... es difícil romper su blancura, el magnífico blanco que marca todo este diciembre que alberga una secreta, íntima calidez. Escribir es asumir ese riesgo de llegar al otro, “transparente y sucio”, con “sílabas innecesarias/ pero veraces”. Sólo entonces puede uno asomarse a un abecedario derrumbado, cercado por el frío que se empecina en perseguirnos hasta la muerte. La misma que la fuga difiere y la poesía en tanto fuga posterga.
No sólo las imágenes son una poética, sino que acompañan de forma inmejorable unos poemas que invitan al lector a hundirse en sus hendiduras, a explorar sus espaciamientos. No por azar la primacía del blanco. De la nieve. De ese tiempo invernal en el que las huellas de una fuga coexisten con la sospecha más terrible de una cacería sin ley, de un tomar cuerpo el fascismo, haciendo imposible la vida.
La referencia a Benjamin es una metonimia que desplaza a todos los latidos arrebatados por un saqueo persistente. Los perseguidores van saqueando las esperanzas y la consolidación del estado de excepción no hace excepción con los perseguidos: calcina sus huesos, los pulveriza, reducidos a una “nada” espectral que hay que seguir interrogando, como hace Diciembre, tal vez con la promesa -no pronunciada, sin embargo- de otra estación en la que la nieve cede al fin.
Pero no se puede llegar al fin sin esa nieve; en “el tiempo del fugitivo” el otro lado siempre está demasiado lejos. Las fisuras del camino son indesterrables y, por si fuera poco, los perros olfatean el miedo de los que escapan.
El cielo desaparece demasiado pronto; pero ¿qué vestigios de otro porvenir quedan cuando alguien camina sin zapatos ya, congelados sus pies, al borde del entumecimiento?
Habrá que intentarlo incluso si en algún momento del viaje forzado hubiera que dispararse o suicidarse para no volver. Hablar por hablar no; esperar el instante sin cuerpo en el que ya no hay retorno posible. Lanzados al frío si ello es posibilidad de otra vida –no importa cuán remota. Expuestos a la tempestad, si esa exposición fuera también la promesa de no ser arrasado por el fuego calcinante de los que vienen detrás.
¿Qué queda de ese descampado sino la pregunta por el espectro de los ausentes? Los torcidos siguen merodeando y no hay lenguaje que no sea brecha, distancia con sus cuerpos desaparecidos. Aún así, la extraña fidelidad a lo desaparecido no puede ser sino la íntima celebración –una celebración fugaz que atempera el desasosiego-, y sobre el frío alzar el “color apátrida de los sueños”. Difícil sustraerse del cuerpo sufriente, pero también de los recuerdos que nos abrazan y abrasan en plena nieve.
Los fugitivos son multitud sin nombre. La historia oficial los borra con el codo. Ellos miran aún por la ventana pero no se ve nada: el blanco los ciega. Quien no vive su diciembre es también quien nos priva de marzo...
Precioso trabajo que, en sus elipsis, dice lo terrible sin renunciar a la promesa de otro tiempo.
Aunque ninguno sea capaz de suprimir todo este frío, ¿cómo no agradecer la pasión por intentarlo, inventando el arte como fuga?
Un abrazo fuerte para ambos,
Arturo
PD: los grabados, dicho sea de paso, son imperdibles.
He estado viendo tu blog. Me gusto mucho. Lo voy aseguir.
Te dejo el mio http://lyanocalabera.blogspot.com/, espero que te des una pasada. Saludos.
querido Arturo, lo grande viene de tu lectura. Qué puedo decir, sino gracias, una y mil veces. Guardo tu lectura junto al texto, en su carpeta originaria. Ahora son uno.
Salud!
Tu Vík
extraño tu blog se me pierde y después aparece misteriosamente
me gusta montón
Gracias a ambos por compartir sus cromosamas de luz. Besos.
Muchas gracias por ese comentario extendido, Arturo.
Los fugitivos son multitud sin nombre. La historia oficial los borra con el codo. Ellos miran aún por la ventana pero no se ve nada: el blanco los ciega. Quien no vive su diciembre es también quien nos priva de marzo...
Hermoso.
Besos,
Laura.
Hola Lyano: me daré una vueltecita por tu blog. Será un gusto.
Mientras tanto, va este cálido saludo.
Bienvenido.
Laura.
Querido Víktor: una alegría alojar tu Diciembre en esta casa virtual como quien abriga un brote hasta que pase la escarcha.
Te abrazo,
Laura.
Gracias, costa sin mar y gracias por tu huella.
Saludos y siéntete bienvenida aquí,
Laura.
Querida Elizabeth: aprovecho tu comentario para enviarte un abrazo y mi recuerdo cariñoso siempre...
Laura.
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